
Eso dicen cuando tengo mucho trato con la gente -se ríe-.
No, no. Yo la afición que tengo es con las palomas.
Esa afición me viene de pequeño. Mi padre estaba encargado de una finca. Antiguamente había palomares de tiro de pichón y cuando venían a recogerlos se quedaban las crías, los chiquititos, y me los daban a mí para que yo los cuidase. Y de ahí me viene la afición. Ahora mismo tengo ciento y algo es verdad.
Hago exposiciones, muestras, aunque lo que más me gusta es la cría, verlos nacer y cuidarlos. Son palomas de raza autóctona que tenemos aquí en Morón. Esto es una rama de la colombicultura. Empecé a los 8 años y llevo ya 30 años.
No no, me respetan, claro.
Significa un gran reconocimiento puesto que esta Casa me lo ha dado todo. Yo he tenido la suerte de trabajar en la calle y valoro muy bien el bienestar que tenemos dentro de esta Casa. Yo no soy muy propenso a este tipo de reconocimeintos porque creo que el esfuerzo es de todos, no es individual, pero ya que viene, es una gran satisfacción. Que me hagan este reconocimiento con las circunstancias que se están dando, me hace pensar que el trabajo está bien hecho. Y con el trabajo bien hecho yo creo que estoy por lo menos aportando a esta Casa lo mismo que esta Casa está aportando por mí.
La clave del éxito de las ventas es el esfuerzo y la constancia y sobre todo la honradez ante los clientes. Eso se divulga siempre. Ya no son clientes, son amistades. Y eso, en el trabajo que nosotros tenemos, cuenta mucho.
Amistad y lo que siempre tengo yo en el tintero, intentar no decir nunca que no a nada de lo que me pidan. Intentar cumplir siempre. Cuando cuentan conmigo ahí estoy.
Yo creo que sí, porque cuando te llega un cliente nuevo, y es del pueblo, hablas unos minutos con él y si conectáis, vuelve, y si vuelve, se entabla con el tiempo una amistad que perdura.
El tiempo en la calle hace mucho. Yo afortunadamente el trabajo que tuve antes también era en la calle, en contacto con muchas personas. A cada uno hay que saber darle su sitio y respetarlo y comprenderlo, porque cada persona es un mundo, y así se llegan a entablar amistades.
Si le digo la verdad, alguna que otra vez sí, pero con el tiempo ha desaparecido. En la zona en que me muevo no, la verdad, ninguno de ellos.
Dígame alguna recomendación que daría a la red de ventas.
Que no busquemos el sujetarnos, el figurar, aquí me voy a mantener como pueda a costa de lo que sea, que no se mire tanto individualismo, que desgraciadamente todavía lo tenemos, el intentar justificar el puesto y salvar el puesto hace daño a la ONCE, y deberíamos acabar con esa actitud en toda la red. El individualismo lo deberíamos aparcar un poco. Y mantener siempre la palabra que se da en todo y en todos los terrenos, tanto en la venta como en la gestión. Cuando se compromete uno a algo eso no se debe nunca de faltar. Y hay que escuchar a la calle, porque la calle habla y hay que escucharla. Y otra cosa importante es la constancia, no hay que perder tiempo en justificar en qué dedicamos nuestro tiempo de trabajo.
Me dicen también que es usted una máquina de ideas en materia de juego. Si de usted dependiera ¿cómo acababa con el juego ilegal en España?
Sería casi imposible, sería decapitando a los políticos que hay ahí detrás. Lo digo de broma, claro. Lo único que acabaría con el juego ilegal sería un compromiso firme por parte de las administraciones para que todas las personas que están detrás se les imputaran.
Sí, bueno, comentamos de todo, pero me gusta más escuchar y una vez que escucho, pues así reacciono.
Eso me dicen, afortunado sí, pero con nuestros problemas familiares, como todo el mundo.
Me siento un hombre más con suerte, no un hombre de suerte, tanto por la familia como por las circunstancias que han rodeado mi vida.
Sinceramente con darlo, porque tengo clientes que se lo merecen. Yo les digo, seguid comprando que por antigüedad me toca ya.
El TPV a las ventas lo es todo. Mientras no nos mentalicemos de que el TPV es el futuro, ningún juego que se saque funcionará por la falta de mentalidad. Yo he tenido la suerte de trabajar fuera de la ONCE para valorar lo que es la ONCE. Resido fuera de donde trabajo y, tal y como están las ventas, si no fuera por el TPV yo no tendría familia puesto que yo salgo de aquí a las 05.30 h. de la mañana y si la devolución está en mi Agencia como estaba antiguamente, que a las 20.30 h. se abría la ventanilla devolución, yo llegaría a Morón a las once de la noche, no tendría vida. El TPV en parte me ha recuperado, me ha devuelto mi vida. Porque sin TPV tendría que haberme replanteado incluso mi lugar de residencia sin que eso solucionara mucho mi calidad de vida. Yo a las cinco y media vuelvo a mi pueblo y hago todas las gestiones desde mi casa. Y es algo que no lo valoramos, pero esa misma circunstancia se da en toda la red de ventas. Y luego a la hora de la venta yo me acuerdo cuando empecé la venta que a las 11.00 de la mañana no tenía producto que vender y tenía una limitación que ahora no tengo. Si estuviéramos concienciados al 100% no se perdería ningún tipo de venta. Eso tendríamos que hacerlo entender y hacer más esfuerzo en que todos adquiriéramos el compromiso del TPV.
La clientela mayor era un poco más reacea al principio, pero la calle da mucha experiencia. Y cuando se lo vendes una vez porque le dices que no te queda impreso, y luego dos veces por semana, al final, en el transcurso de un año lo asumen al 100%. No ha habido ningún tipo de problema, lo que hay que hacer entender al cliente es que está comprando lo mismo.
Una persona extranjera, familiar de un cliente mío, que quería comprarme una lotería francesa. Y no había forma de convencerlo.
El tope máximo de viernes a un solo cliente, que en aquel tiempo eran 150 cupones. He tenido clientes que querían el mazo completo.
La terminación 19. Últimamente estoy jugando el 23, el 19 y el 11, que coincide con las fechas de nacimiento de mis niñas y mi mujer.
Sí, la verdad es que sí. Me van a tener que medicar porque estoy que se me hace un mundo esto, todo el día tratando con personas y aquí dedicado a la lectura y a la familia enteramente, y el cambio tan brusco de circunstancias, la verdad es que lo llevo mal, pero espero que a mediados de febrero pueda estar ya de vuelta al trabajo.
Sí, claro. Además hay una cosa que no sé si a usted le habrá pasado, pero creo que a todo el mundo le ha pasado. Cuando uno se mete en este mundo cada día se va enganchando más y cada día cuentan más contigo. Tú coges una responsabilidad, la acometes, te va gustando, te va enganchando y cuando no la tienes te va faltando algo. La verdad es que llevo muchos frentes abiertos, pero lo llevo bien, me gusta. Me engancha.
Hombre, por supuesto, lo vamos a superar, hay que ser siempre optimistas y mirar hacia delante.
Lo único que nos puede sacar de la crisis es que confíe en los trabajadores. Que hagan una política de trabajo, no de sustento. Mientras no se hagan políticas de trabajo no saldremos de la crisis. Es la única recomendación que puedo hacerle a Zapatero.