

«Lo atractivo para ellos es que hacen algo que no es normal en sus vidas cotidianas», afirma Rosa García, coordinadora de los monitores de la ONCE del grupo de Sevilla y Huelva. La experiencia ha sido enriquecedora para todos; Diana, encandiló al personal con sus historias de miedo, Jony con sus bailes raperos, Manolo con su cachondeo personal, los de Cádiz con el paripé de boda que montaron, con las fiestas nocturnas.

Enriquecedora y gratificante. «Yo siempre pienso en ellos. Todo va en función de los niños –reconoce Rosa, a la vuelta de su tercer campamento en la ONCE-. Y si todos quieren repetir es porque habremos acertado un poquito. Ha sido una semana plena, disfrutando y riendo a tope en un ambiente de mucha armonía», relata. «Los responsables del centro con los monitores de la ONCE, nuestros monitores con los de las actividades, los mayores con los más pequeños y los de Sevilla y Huelva con los de Cádiz. Sin saber ni cómo ni por qué, fluye todo», afirma la coordinadora.

De los 20 campamentos organizados por la ONCE este verano a nivel nacional, cuatro se han desarrollado en Andalucía; en Aguadulce (Almería), del 25 de junio al 2 de julio; El Bosque (Cádiz) del 24 al 30 de julio; la Sierra de Cazorla (Jaén), del 24 al 30 de junio, y Marbella (Málaga), del 23 al 29 de julio. En total participaron 170 niños andaluces, en su mayoría de 6 a 15 años, de los 600 que han participado en toda España.

El del Bosque, con 81 niños, fue el más numeroso. Procedentes de Algeciras, Cádiz, Huelva, Jerez y Sevilla participaron en el campamento ubicado en el Centro de Ocio y Turismo Rural ‘La Torrecilla’. El grueso principal lo aportó Cádiz con 37 niños y Sevilla con 27. En el corazón del parque de Grazalema se iniciaron en escaladas en rocódromo, realizaron talleres de títeres, de orientación, visitaron el jardín botánico, hicieron senderismo y disfrutaron de un entorno privilegiado declarado reserva de la Biosfera.

En Fuerte Nagüeles (Marbella) los 21 participantes de Córdoba y Málaga disfrutaron de salidas al Aqua Park de Mijas y a Selvo Marina, realizaron actividades en hidropedales, de piragüismo, tuvieron talleres de serigrafía de camisetas, de guitarra eléctrica, de percusión, pudieron montar a caballo.

El objetivo de los campamentos ha sido común; fomentar la sociabilidad y la creatividad, en contacto con la naturaleza, dentro de los valores de respeto, convivencia y solidaridad. Para eso se han organizado talleres diversos encaminados a incentivar el desarrollo de hábitos, la madurez emocional, la confianza en sí mismos y el aprendizaje del trabajo en equipo como forma de participación e integración con los demás. El resultado no ha podido ser mejor; todos, casi todos, quieren volver el año que viene de campamentos con la ONCE. Los mayores –cuentan los más pequeños- lloraron en su despedida. Y los pequeños –dicen los mayores- se marcharon con pena. Al año que viene habrá más. Pero ya no será la primera lección de integración para muchos de ellos.